Hoy en día en donde la eficiencia, la sostenibilidad y el cumplimiento regulatorio son considerados factores clave para la competitividad, la Gestión Energética se ha convertido actualmente en una función estratégica para las organizaciones. Sin importar si se habla de una planta fotovoltaica, un complejo industrial de gas natural licuado (LNG), o una operación de generación eléctrica bajo un modelo de autoconsumo, los indicadores clave de desempeño (KPIs) son necesarios para dirigir y evolucionar.

Anteriormente, la energía era considerada un insumo, en la actualidad, es un activo estratégico que influye en costos, reputación ambiental, riesgos operativos, cumplimiento normativo y en ocasiones hasta una propuesta de valor para los clientes. Entonces, su gestión requiere medición, análisis y decisiones informadas.

Partiendo de la idea de que lo que no se mide, no se puede mejorar, la clave para determinar el valor de los KPIs en la Gestión Energética es la MEDICIÓN. 

Cualquier estrategia energética sólida debe comenzar con una pregunta simple y poderosa: ¿Dónde estamos hoy? y para responderla, debemos establecer una línea base que permita conocer con precisión el consumo, la generación, las pérdidas, los costos y las oportunidades de eficiencia.

La línea base a la que nos referimos, se construye mediante un proceso de medición bien diseñado y con KPIs que estén alineados a los objetivos del negocio, al tipo de operación y al marco regulatorio que en su caso aplique.

Medir es el inicio de una cultura de gestión que convierte datos en decisiones y transforma procesos en ventajas competitivas.

Los KPIs varían según el modelo de operación que puede ser una generación renovable, cogeneración, terminales de LNG o participación en el mercado eléctrico. Sin embargo, todos comparten una lógica común: vincular el desempeño con la estrategia empresarial.

En sistemas de generación eléctrica (fotovoltaico, eólico, cogeneración, etc.), los indicadores clave de desempeño (KPIs) que podemos encontrar son:

  • Performance Ratio (PR): que ayuda a medir la eficiencia del sistema en base a su capacidad instalada.
  • Factor de capacidad (Capacity Factor): que nos presenta el porcentaje real de producción respecto al potencial teórico.
  • kWh/kWp: nos muestra la producción específica por unidad instalada.
  • Energía autoconsumida vs exportada: nos es útil para evaluar esquemas de autoabasto o envío a la red.
  • Costo energético por unidad producida: nos conecta lo energético con lo financiero.
  • Disponibilidad técnica de equipos (% uptime): es un indicador clave para planificación de mantenimiento y confiabilidad operativa.

En operaciones de LNG o suministro de combustibles, los indicadores clave de desempeño (KPIs) que podemos encontrar son:

  • Balance energético (entrada–salida): nos muestra cómo se asegura integridad del sistema y control de pérdidas.
  • Tasa de boil-off (evaporación de gas): mide la eficiencia térmica en almacenamiento criogénico.
  • Eficiencia de regasificación (BTU entregados/m³): es clave para evaluar procesos térmicos.
  • Precisión cromatográfica y calidad del gas: es necesario para cumplir normas y liquidaciones.
  • Cumplimiento de nominaciones (volumen entregado vs. programado): nos ayuda a medir la confiabilidad del suministro.

En ambos casos, los indicadores deben responder a preguntas estratégicas como:

  • ¿Estamos generando valor con nuestra energía?
  • ¿Estamos cumpliendo nuestras obligaciones regulatorias?
  • ¿Tenemos margen para mejorar la eficiencia o reducir emisiones?
  • ¿Qué decisiones necesitamos tomar con base en estos datos?

La gestión energética en México está totalmente regulada. Ya sea bajo esquemas de autoabasto, suministro calificado, importación de combustibles o participación en el MEM, el cumplimiento normativo exige trazabilidad, precisión y consistencia.

Los KPIs mencionados no solo ayudan a cumplir ante los entes regulatorios, sino que también permiten evitar sanciones y errores en conciliaciones, tomar decisiones de inversión o expansión de capacidad, responder procesos regulatorios con información sólida y defender contratos, tarifas y esquemas operativos.

Uno de los desafíos principales en la implementación de KPIs es la cultural, pues medir es necesario, pero no suficiente. Así que debemos tener en cuenta que es indispensable que los indicadores sean confiables, accionables, alineados y comprendidos

En ocasiones nos enfrentamos con la errónea idea de implementar KPIs que se quedan en el escritorio o que solo sirven para cumplir con un informe. El verdadero valor aparece cuando los datos forman parte del día a día operativo y del análisis estratégico.

En conclusión, medir no es opcional, se convierte en un tema estratégico y la gestión energética moderna no se trata solo de producir o consumir energía, si no gestionar la energía como un activo. Y eso solo es posible si se mide, se analiza y se actúa en consecuencia.

Los KPIs diseñados y utilizados de una manera correcta, permiten a las organizaciones ser más eficientes y sostenibles. Ya sea que se trate de un parque solar, una planta industrial, una terminal de gas o una red logística de distribución eléctrica, medir es decidir, y decidir bien es competir mejor.

MTRO. RAMÓN ÁLVAREZ RODRÍGUEZ

Es Ingeniero Industrial, con una Maestría en Logística de la Cadena de Suministro y una Maestría en Gestión de Energías Renovables recientemente concluida en el ITPE.

Se ha desarrollado como especialista en Logística, Energía y Supply chain, con más de 26 años de experiencia liderando operaciones estratégicas en industrias como la química, manufactura, energética y agroindustrial. Ha integrado modelos logísticos y energéticos sostenibles, estrategias regulatorias y herramientas de mejora continua, con un enfoque en la gestión efectiva de KPIs y resultados medibles, alineados a la transformación operativa. 

https://www.linkedin.com/in/ramon-alvarez-rodriguez/